lunes, 21 de enero de 2008

Una mascota diferente: el Hámster

Tal vez le resulte costoso criar un perro o un gato, pero no por eso debe quedarse sin la compañía de una mascota, por lo que también podría probar con los simpáticos hámsteres



Estos graciosos roedores desciende de una cruza de otros tipos de roedores, que fueron capturados por el Dr. I Aharoni en 1930, en el norte de Siria. Como guardan las semillas de su alimento en unas bolsitas que poseen en la piel de sus mejillas, (abazones), se les dio el nombre de hámster, que en alemán significa “acaparar”. El primer lugar al que se los transportó, fue a Inglaterra, donde gozaron de mucha aceptación popular, por lo que en 1938, se exportaron a todo el continente americano.

Su tamaño raramente supera los 17cm., (incluida la cola), su peso fluctúa entre 50 y 150 grs., y su tiempo de vida es de aproximadamente 2 a 3 años. Los hay de varios colores, pero en su mayoría son castaños con manchas. En el único lugar donde no se los puede tener (salvo que se los mantenga en un criadero especial), es en las zonas frías, puesto que su organismo solo está preparado para los climas cálidos.

Además, son animales muy limpios y ordenados, y en su hábitat natural, por ejemplo, realizan túneles que pueden llegar a tener hasta 15 metros de largo, lugar donde construyen, bien separados, su madriguera, su “alacena” para almacenar los alimentos, e incluso un espacio “sanitario”.

Poseen periodos de celos muy seguidos, que comienzan cuando finaliza la lactancia de la anterior cría. Suelen tener de 10 a 12 hijos, que nacen ciegos y pelados. Si se los expone a estos recién nacidos la humedad y el frió, pueden llegar a sufrir enfermedades infecciosas o el contagio de ácaros que les provocan dermatitis y caída del pelo.

Sus cuidados

Un elemento fundamental para la cría de los hámsteres, es no dejar de cambiarles el agua por lo menos cada tres días, ya que en el caso contrario podrían llegar a enfermarse del estómago, lo cual les puede producir diarreas potencialmente mortales.

Un hábitat correcto, son las jaulitas especialmente preparadas (se venden en veterinarias) que poseen rueditas de ejercicio, bebedero y comederas. La medida óptima es de 65cm. de longitud, por unos 40cm. de ancho y 30cm. de alto, para que al crecer puedan tener un amplio espacio para moverse. Su base debe estar repleta de virutas de aserrín de madera, y, en el caso de que se los haga tener cría, un nido que les sirva para paridera.

Su alimentación es base de semillas y frutos, y se pueden conseguir comidas especialmente preparadas en cualquier veterinaria. Sin embargo, también es necesario que la balancee con verduras lavadas (crudas o cocidas), frutas secas, y derivados lácteos. También son muy buena la avena, semillas de girasol, maíz, maní, u otros alimentos no perecederos, puesto que como suelen acumularlos, estos no deben tener la posibilidad de pudrirse y juntar bacterias.

No es necesario que se los bañe (puesto que se asean solos), pero si es importante que se les cambien, por lo menos una vez cada tres días, las virutas de la jaula, y que además se limpien constantemente todos los objetos que allí se encuentran (ruedita, escaleras, bebederos, comederas, etc.) .

Sus enfermedades

Estas son las enfermedades que podría sufrir un hámster, y así se las debe evitar:

1. Diarrea: Como vimos, puede producirse a causa del agua o alimento en mal estado, y también por una excesiva alimentación de frutas o vegetales.

2. Cola húmeda: Se trata de una enfermedad mortal, ya que es altamente infecciosa. Para evitarla, debe tener la jaula siempre limpia, y darle una alimentación fresca y libre de impurezas.

3. Ojos llorosos: Cuando existen problemas con las bolsas (abazones) situadas junto a sus ojos, estos pueden hincharse. Se los debe lavar con agua tibia, y no darle de comer, por un tiempo, comida pesada.

Por último, se debe estar alerta de no exponerlo a los rayos del sol ni a los cambios de temperatura muy bruscos.

Su cría

Si desea reproducirlos, debe ponerlos en colonias de un macho y tres hembras, y, al cabo de 9 o 10 días, llevar a las hembras embarazadas a otra jaula con viruta y paja. Las mismas construirán un nido como los de de los pájaros, y se encargarán de todas los cuidados de sus crías, sin necesidad de la intervención del hombre.

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