lunes, 21 de enero de 2008

Necesidades especiales de los gatos

Aunque la dieta ACBA siempre se asocia a perros, es perfectamente aplicable a tu gato, teniendo en cuenta las diferencias en las necesidades nutricionales entre cánidos y félidos.
El gato, cómo felino, es carnívoro estricto y a diferencia de los canidos, no come tantas frutas y verduras y mucho menos cereales u otros alimentos a base de almidón.

Darle estos alimentos le producirá una salud pobre. Por tanto, no le des arroz, patatas, pasta ni otros cereales y menos alimentos comerciales, pues llevan muchos de estos ingredientes ricos en carbohidratos (azúcares). Sin embargo, de vez en cuando es bueno que le des un poco de verduras y frutas(crudas y picadas finas al igual que para los perros), pues recuerda que si a tu gato le dejaras cazar cómo a un tigre, leopardo o león, comería el contenido gástrico e intestinal de su presa, incluyendo las heces. Esto no significa que le tengas que hacer comer heces, pero sí proporcionarle los suplementos necesarios que le proporcionen vitamina B, ácidos grasos esenciales, fibra, etc…

Los alimentos que sí debes darle y debe constituir la base de su dieta son: carne (pollo, pavo, ternera, pescado…), vísceras (hígado, corazón, riñones y sesos) y huesos crudos, además de leche, huevos y otros lácteos. Al menos el 75% de su comida lo deben componer estos alimentos. La proporción ideal es un 50% carne y un 50% pasta de mezcla compuesta por un 80-90% carne picada con o sin huesos, huevos y lácteos, un 10-15% de verduras y un 0-5% de frutas.

Si no come bastantes huesos, se le debe suplementar con calcio al igual que a los perros, pero el balance Calcio/Fósforo óptimo para los gatos es de entre 1.1:1 y 1.3:1.

Los suplementos que se le deben dar son los mismos que a los perros (los puedes incorporar a la pasta de mezcla para una mejor aceptación), con alguna salvedad:

En la alimentación de los gatos debemos hacer especial hincapié en la vitamina A pues a diferencia de los perros no son capaces de sintetizarla a partir de los carotenos de los vegetales cómo la zanahoria, pero además son mucho más sensibles al defecto o exceso de la misma. Por lo tanto, si la dieta no incluye hígado es muy importante que se le administre esta vitamina mediante Aceite de Hígado de Bacalao en cantidades adecuadas o yema de huevo.

La alfalfa es tóxica para los gatos. Se puede incluir en muy pequeña cantidad, pero es preferible omitirla.

Los gatos son mucho más sensibles a sufrir anemia e intoxicarse por consumo de ajo, como ocurre con la cebolla. Así pues, debe incluirse en muy pequeñas cantidades y/o no a diario.

Otra particularidad de la dieta de los gatos es la necesidad de incluir un aporte del aminoácido taurina, ya que a diferencia de la mayoría de animales, estos no pueden sintetizarlo y la taurina es necesaria pues se sabe que su deficiencia puede producir degeneración de la retina y posible ceguera al igual que problemas cardíacos. La necesidad de taurina según estudios realizados es que componga el 0.1% del peso seco de la dieta, lo que significaría unos 60-80 mg al día para un gato de 5 Kg. de peso. Sin embargo, otros estudios indican que la cantidad de taurina en la dieta de un felino salvaje es sólo de 25 a 50 mg y que esta cantidad es más que adecuada. Si la carne se alimenta cruda y hay variedad, no debe haber necesidad de suplementarla, eso sí asegúrate de incluir carnes naturalmente ricas en este aminoácido cómo atún, caballa, corazón y almejas. Si alimentas la carne cocinada, entonces sí debes suplementarla en cápsulas o pastillas, pero asegúrate de añadirlas una vez se haya enfriado la comida para que el calor no destruya este aminoácido.

Hay que destacar que si se alimentan de pescados se limite su cantidad y, sobre todo si es atún, se haga sólo si es fresco y crudo. La carne del pescado contiene Tiaminasa, enzima que destruye la vitamina B1 (tiamina), pero además los ácidos grasos poliinsaturados contenidos especialmente en las conservas de atún son peligrosos para los gatos, pues roban la vitamina E de su organismo produciendo lo que se conoce cómo enfermedad de la grasa amarilla (Esteatitis).

Finalmente hay que destacar que cómo los gatos son muy suyos a la hora de la comida, el cambio de dieta puede resultar más dificultoso que el de los perros. Además, un gato no puede pasar varios días sin comer cómo puede hacer un perro, pues su hígado se comienza a dañar.

Las claves para dar con éxito esta alimentación natural a un gato son: la variedad, medir su hambre (no darle ni en exceso ni en defecto), la frescura y calentar la comida a temperatura corporal (unos 37ºC aproximadamente).

Nota: esta información pretende ser una guía para aquellos que están interesados en una alimentación natural a base de alimentos crudos para sus gatos y siempre debe complementar a aquella que le proporcione su veterinario.

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