martes, 15 de enero de 2008

Estrés Felino

Podemos pensar que la vida salvaje sería mucho mas estresante para un gato, que la de vivir en una casa con todas las comodidades y afecto que les brindamos. Sin embargo, un animal expuesto a determinados estímulos, o que no sienta atendidas adecuadamente sus necesidades, puede sufrir estrés.

La ansiedad, puede hacer que el gato se comporte de forma extraña, o que el animal asuma comportamientos que antes no tenía. Las causas del estrés pueden ser muy variadas, pudiendo estar relacionado con enfermedades, miedo, cambio en la rutina de la casa, provocado por la llegada de un nuevo miembro, o de otra mascota. Un gato también puede sufrir estrés por la pérdida de su dueño.

Como un producto del estrés, el gato puede:

Orinarse o marcar territorio dentro de la casa, por cambio en su rutina diaria, o por la llegada de otro gato a la casa.

Asumir actitudes de agresividad: Un gato habitualmente plácido y afectuoso, de repente puede empezar a comportarse de forma agresiva, arañando y mordiendo a su dueño. Normalmente existe una razón para este comportamiento. Puede ser síntoma de que el gato no se encuentra bien, en cuyo caso debe tener asistencia veterinaria. También puede ser causado por aburrimiento, pudiendo transformarse en destructivo además de agresivo.

Ensuciarse en casa: Un gato que se ensucia en el suelo o sobre los muebles, puede sufrir algún problema de carácter urinario, que requiera tratamiento veterinario. Si por el contrario el gato está sano, puede ser un signo de estrés. No hay que regañar o pegar al animal, pues esto sería mas bien contraproducente. Es necesario tratar de comprender y buscar la causa de este comportamiento, para poder pone remedio al problema.

Aseo nervioso. Algunos gatos responden al estrés exagerando su aseo, lamiendo y mordisqueando continuamente alguna zona determinada de su cuerpo, sin razón aparente alguna. Esto puede originar problemas cutáneos, como dermatitis, eczemas, e incluso calvicies.

Morder lana: Algunas razas de origen oriental, especialmente el siamés y el birmano, pueden morder obsesivamente lana u otro tipo de tejidos. Podría tratarse de un retorno al comportamiento infantil, como resultado del estrés.

Un gato con ansiedad, permanecerá nervioso, encogido en el suelo, el cuerpo tenso pudiendo tener jadeo y pérdida de pelo.

Si nuestro gato presenta síntomas de estar padeciendo estrés, debemos consultar al veterinario, y con su ayuda tratar de identificar la situación que cusa el problema, para así poder poner remedio a la situación, y evitar males mayores.

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