Esta raza debe su nombre a Friedrich Louis Dobermann, un vigilante nocturno y recaudador de impuestos que entre 1834 y 1894 se encargaba de una perrera.
Es sus inicios se trataba de una raza conflictiva y agresiva. Con el paso del tiempo se han ido domesticando. Esas cualidades le sitúan como una de las razas importantes tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, donde actuó como perro guardián y de correo.
Esta raza es una de las más fuertes y valientes. Defienden a su amo por encima de todo, sin importarles la fuerza del adversario. Esto en ocasiones puede provocar problemas ya que puede resultar agresivo. Si esto se corrige con firmeza por parte del dueño, el perro doberman se convierte en un perro obediente y sumiso. No le gustan los cambios de amo, por lo que no es recomendable que esto suceda.
Es un animal muy inteligente y con ganas de aprender todo lo que se le enseñe. Con el tiempo ha logrado un equilibrio psíquico, a pesar de las leyendas urbanas que cuentan que se vuelven locos porque su cerebro crece más que su cabeza.
No le gustan los otros perros, así que si desde pequeño no se le acostumbra, será difícil que conviva con otros animales. Con las personas suele ser dócil, aunque con los extraños puede mostrar desconfianza y reserva. Con los niños actúa de forma cariñosa y protectora.
La mala reputación de esta raza se debe en gran parte a algunos criadores que han querido potenciar su agresividad. Por este hecho, es recomendable realizar pruebas de carácter a la hora de adquirir un ejemplar de doberman.
Su peso ronda los 30-40 kilos. Su pelo es duro y corto. Normalmente el color que predomina es el negro o pardo oscuro, pero también existen ejemplares de color azulado.
miércoles, 30 de enero de 2008
La raza de perrros doberman
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