Es posible que perros y gatos aprendan a llevarse bien en el mismo hogar. Es probable también que nunca adoren la compañía del otro, pero sí pueden aprender a tolerarse. Es más fácil cuando presentas un cachorro a un gatito pequeño, ya que ambos son jóvenes y (aún) no han tenido malas experiencias con seres de la otra especie. Pero hasta perros y gatos más viejos pueden aprender a convivir el uno con el otro, con unas pocas y sencillas reglas:
1. Nunca permitas que tu perro o cachorro se le acerque al gato
Tal vez pienses que tu perro sólo busca hacerse amigo del gato, pero el gato no permitirá demasiado olfateo antes de decidir huir de ahí, y con tu perro persiguiéndolo. Los perros gustan de perseguir criaturas pequeñas, eso es parte de su instinto de cacería, por lo que no es que tu perro sea malo, sólo sigue sus instintos, y hasta le puede parecer simplemente divertido. Haz que tu perro se eche y se quede cada vez que el gato entre a la habitación. De esa manera el perro estará bajo control mientras el gato gana confianza cerca de él. Si no tienes control verbal sobre tu perro (es decir, si no responde inmediatamente a tus órdenes de "No" o "Déjalo"), entonces será conveniente que lo lleves con correa dentro de la casa hasta que aprendas a controlarlo verbalmente. Simplemente haz que lleve una correa de unos 2 ó 3 metros todo el tiempo, para que lo puedas detener con facilidad llegado el caso. Felicita a tu perro tan pronto deje de correr tras el gato. Si no puedes controlar el comportamiento de tu perro, una buena clase de adiestramiento te pondrá rápidamente en control del perro así el gato también podrá disfrutar del hogar.
No permitas que tu perro persiga ningún animal pequeño. Esto sólo saboteará el entrenamiento de que tu perro deje tranquilo a tu gato.
2. Permite que tu gato se acerque al perro
Si tu gato quiere acercarse e investigar a tu perro, déjalo que lo haga! Pero supervisa muy de cerca que tu perro no quiera intentar perseguirlo. El permitir que tu gato se acerque al perro, hará que el gato gane en confianza hacia tu perro, en que nada malo le ocurrirá. Tu gato comenzará a entender que compartir la casa con un perro (a quien no se le permite acercársele) no es tan malo después de todo!
3. Si tu gato quiere esconderse, permíteselo
No fuerces un encuentro entre los dos. Permite que tu gato investigue al perro según sus propios deseos, sólo asegúrate que al perro no se le permita perseguirle en ningún momento. Bríndale al gato una habitación tranquila donde tenga su comida, fuera del alcance del perro. Es posible que lleve entre 8 a 10 semanas hasta que el gato se ajuste a compartir su casa con un amigo canino.
4. Deja a tu perro y a tu gato separados cuando no estés en casa
Hasta tanto sientas que tu perro no aterrorizará a tu gato en ningún momento, no los dejes juntos cuando tú no estés. Puedes colocar a tu gato en una habitación con la puerta cerrada, con su arenero, algunos juguetes, y agua, o bien confinar al perro, en una transportadora.
5. Premia cualquier interacción positiva entre los dos
Cada vez que el perro permita que el gato se acerque o que éste camine cerca de él sin perseguirlo, felicita, felicita y felicita, diciendo cosas tales como "Muuuy bieeeen! Qué bueeeeen peeerro eresss!".
6. Dale a tu perro una alternativa para su comportamiento de cazador
Enséñale a tu perro a perseguir una pelota, un Frisbee, una pelota con soga, o un juguete chillón, en lugar de perseguir al gato. El ejercicio regular y frecuente también puede ayudar a que tu perro esté tranquilo en presencia del gato.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Perros y Gatos en el mismo Hogar
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