Esta vez tuve ganas de escribir éste, un anti-artículo, y de enseñarte muchas de las cosas que puedes hacer para que tu perro, tú, o ambos, se sientan infelices con el otro. Es para reflexionar.
Separa al perro de su madre y su camada cuando aún esté indefenso (cuanto antes, mejor). No hay nada que la madre y sus hermanos puedan enseñarle que tú no puedas enseñarle mejor, y más rápido.
Regálaselo a tu niñita de 2 años, y hazla responsable de su bienestar.
Condénalo desde pequeño a vivir en la azotea. No permitas que se integre a la familia. Debe aprender que la vida no es un juego.
No permitas que interactúe con otros perros, otras personas, ni que visite otros lugares. No querrás confundirlo.
Recuerda siempre castigarlo por todo lo que haga mal. Utiliza cualquier cosa que tengas a mano: un periódico, un zapato, una piedra, o tu celular. Un buen golpe dado a tiempo es una lección para toda la vida.
Cuando el ladre, grítale frenéticamente hasta que se calle. Recurre al punto 4 cuando lo creas conveniente.
Cuando llore porque está solo, haz como en el punto 5.
Dale comida barata de supermercado. Llévalo al veterinario sólo cuando esté enfermo (es decir, con olor ofensivo para ti). Ni se te ocurra vacunarlo. Sólo ahorrando se logran las cosas importantes en la vida.
No lo eduques. Mucho menos lo envíes a que aprenda. El punto 4 es más que suficiente.
No olvides tallarle el hocico en su orina cuando tenga un accidente dentro de la casa. Acompáñalo con una dosis de periódico, para reforzar.
Llévalo de compras contigo. Que disfrute de un día soleado de verano, esperándote por 2 horas en tu auto, en el estacionamiento del supermercado, con las ventanas cerradas.
No dejes que viva con tu familia. ¿O quieres que se confunda y piense que al fin de cuentas, el merece una vida mejor?
Permite que conozca el mundo. Cuando se convierta en una carga para tí, córrelo de la casa.
martes, 18 de diciembre de 2007
Como tener un mal Perro
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