martes, 18 de diciembre de 2007

Las Cataratas en los perros

A las cataratas se les define como opacidad que se producen en el interior del ojo, en una estructura llamada Cristalino. El Cristalino es una estructura óptica transparente (como una lupa) que está ubicada dentro del ojo, por detrás de la pupila. Se le puede comparar con un huevo ya que está conformada por una "cáscara", una porción central más consistente llamada núcleo, homóloga a la yema, y una sustancia de aspecto gelatinoso que rodea al núcleo llamada corteza, que en nuestra comparación semejaría a la clara. Cuando un huevo se cocina, la clara cambia su aspecto transparente y se convierte en una sustancia opaca y de color blanco.

En muchos casos al cristalino le sucede algo parecido y deja de ser transparente adoptando una coloración blanquecina o azulada denominada Catarata. Esta opacidad provocará en forma paulatina la pérdida de visón. Generalmente se tiene la idea de que las Cataratas son un problema de animales viejos. Sin embargo esto no es totalmente cierto dado que existen cataratas congénitas y cataratas juveniles, éstas últimas las más comunes. Es más frecuente ver perros de 5, 6 ó 7 años con cataratas y no de 12 ó 13. Asimismo, algunas razas las presentan más que otras por ejemplo: el Cóquer, el Caniche, el Pequinés y en muchos de estos casos, el problema es hereditario.

La cirugía de cataratas es una microcirugía. Debe realizarse con instrumental adecuado y es absolutamente necesario el uso de un microscopio quirúrgico. Estas técnicas han tenido gran desarrollo en nuestro medio en los últimos años. Por eso es factible conseguir buenos resultados a través de cirujanos entrenados.

Sencillamente, y siguiendo con la comparación con un huevo, la cirugía consiste en "abrir la cáscara y extraer la clara y la yema" devolviendo al ojo la transparencia perdida.

¿Cómo es el comportamiento de un perro que ha perdido su visión?

En primer lugar es importante que la visión de un perro no es como la nuestra. Podríamos decir que es más rústica o primitiva y tienen un mayor desarrollo de otros sentidos como el oído, el olfato o el tacto.

Las experiencias de comportamiento indican dos cosas: la primera es que, en términos generales, un perro empezará a manifestar la ceguera cuando haya perdido por lo menos el 80% de su capacidad visual; y la segunda que, salvo algunos cambios de adaptación, el perro no manifiesta grandes problemas para seguir con una vida aceptablemente normal.

No todos los perros con cataratas pueden operarse. Para ser un paciente quirúrgico su perro debe reunir algunas condiciones clínicas de las cuales las más importantes son:
Un buen estado clínico general.
Preferentemente cataratas bilaterales.
Ausencia de otras enfermedades oculares asociadas.

Estos aspectos los deberá evaluar un profesional capacitado a través de un examen clínico y oftalmológico detallado.

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